Usando herramientas que registran las paredes de todo el pozo en tiempo real.
Para obtener datos de los macizos rocosos se perfora y se extrae un testigo del pozo, al cual se le realizan distintas pruebas físicas y químicas según lo deseado.
Si bien estas pruebas son un estándar en la industria desde hace muchos años, su uso tiene algunas limitaciones:
Los testigos obtenidos en una campaña de perforación se van utilizando para realizar pruebas (densidad, dureza, pruebas químicas, etc) hasta que ya no queda nada o muy poco.
Esto puede ser un problema si el número de testigos es limitado, si ya no quedan más testigos o si no se puede seguir perforando por razones económicas u operacionales.
En ocasiones el testigo se daña en la recuperación, en el transporte o por la manipulación. Las fracturas y pulverizaciones producidas pueden alterar el resultado de las pruebas físicas y el logueo.
La perforación RCD, a diferencia de la perforación diamantina, tritura el material rocoso a medida que se perfora, por lo tanto, no existe testigo que recuperar y no se puede analizar el fracturamiento, las fallas, calcular el RQD, ni aplicar pruebas físicas.
El uso de sondas geofísicas nos permite registrar directamente las paredes del pozo, sin la necesidad de testigos. Las imágenes y otros parámetros se captan en tiempo real a lo largo de todo el pozo, haciéndolas un excelente complemento a las pruebas y métodos usados comúnmente.
Posteriormente los datos registrados se procesan y luego son interpretados por nuestros geólogos especializados, que aplicarán la información tomada de cada sonda a un servicio determinado.